El día que lo simboliza, yo note su presencia sobre mis piernas.
Sentado en aquel sillón de colores, viendo una película sin más, note su presencia cerca, note como poco a poco se acomodaba en mis piernas, en mi cuerpo, en mi corazón.
Veía la película hasta que el sueño le interrumpió mientras yo tocaba su pelo sinuosamente. A la vez observaba su bonita cara, su barba, su boca, su cuerpo, su peculiar olor, su respiración…
Pena me daba despertarle y decirle que era tiempo de irse a la cama, mientras murmuraba su bonito nombre que tantas veces repetí a lo largo del tiempo consciente e inconscientemente.
Sin ánimo de despertarle, bese sus labios, sus bonitos labios, su boca, su cara, su barba…
Aquel momento termino y dormí junto a él mientras la llama se apagaba.
Volví a casa y su rastro se perdió… al tiempo alguien me insinuó que había muerto.
Tenía razón, él había muerto en mí…
El amor murió en mí…
Para siempre!
Pero esto está pasando
Hace 5 años